Fortaleciendo el autogobierno palestino para construir la paz en Líbano

 

En una pequeña sala de reuniones del campo de refugiados de Nahr el Bared, en el norte de Líbano, veinticinco hombres y una mujer están trabajando para intentar solidificar la paz entre los refugiados palestinos y sus anfitriones libaneses.


Es parte de los esfuerzos encabezados por Naciones Unidas para reducir las tensiones en la región fortaleciendo a las autoridades locales libanesas y a los comités populares (CP) palestinos, convertidos en el gobierno de facto que controla el campo de refugiados.


Durante más de tres décadas, el manejo de los campos, que albergan a más de 400.000 palestinos, ha dependido de un débil balance de poderes entre 23 facciones palestinas diferentes y partidos políticos. En 2007 estalló un conflicto armado entre el Ejército libanés y un grupo de insurgentes en Narh el Bared de consecuencias catastróficas. El campo de refugiados quedó totalmente destrozado, 500 personas murieron y otras 40.000 tuvieron que refugiarse internamente, situación que vino a complicar aún más los recelos entre las partes, una dinámica que tiene el peligroso potencial de desestabilizar el país.


En la actualidad, un programa financiado por el Fondo para el Logro de los Objetivos del Milenio (F-ODM), está ofreciendo entrenamiento a grupo comunitarios y los comités populares en los campos de refugiados del norte del país, como en el caso de Nahr el Bared, para ayudar a esos comités a ser más inclusivos y responsables, y para ser mejores administradores y representar mejor a los refugiados.


El fortalecimiento de los comités que gobiernan los campos de refugiados es una buena manera de ayudar a relajar las tensiones entre las diferentes facciones palestinas, y entre las comunidades palestinas y libanesas.


“Gracias a los talleres de trabajo me he convertido en un miembro decisivo de mi organización”, afirma Farida Bazzi, una mujer de 64 años que forma parte del Sindicato de Mujeres Palestinas que fue invitado a formar parte de los talleres para familiarizarse con los miembros de los comités populares con la idea de incluir a las mujeres en esos grupos.


Hasta la fecha, esos comités nunca han contado entre sus miembros con mujeres y con jóvenes, y el programa de Naciones Unidas está trabajando para incrementar la participación activa de las mujeres y los jóvenes de la sociedad palestina en la toma de decisiones.


Bazzi, madre de seis hijos y la única mujer incluida en el taller, cree que después de la capacitación estará en una mejor posición para continuar ayudando a otras mujeres en el campo. “A pesar de toda mi experiencia previa, he aprendido muchas cosas nuevas. Estaba acostumbrada a manejas mis proyectos de forma diferente, pero ahora, tras el entrenamiento, tengo una forma clara y concisa para obtener mejores resultados. Espero que las chicas jóvenes que trabajan en el campo reciban esta capacitación porque realmente lo necesitan”.


El programa de capacitación, que consta de tres fases y comenzó en febrero de 2010, incluye sesiones de concienciación sobre instrumentos de derechos humanos, derechos de los refugiados y cuestiones de género, así como entrenamiento en otras destrezas como comunicación, negociación y resolución de conflictos. Los participantes también reciben entrenamiento básico en tecnologías de la información, aspectos técnicos y administrativos, y una tercera fase en la que se implementa un proyecto de desarrollo comunitario.


Un objetivo clave del programa es reducir los riesgos de volver a caer en una espiral de violencia en Líbano promoviendo la igualdad y el desarrollo socioeconómico y la reducción de la pobreza es uno de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio fijados para en 2015 para lo que fue creado el F-ODM para ayudar a alcanzarlos.


El F-ODM ha sido pionero en hacer frente a la necesidad de trabajar con los comités populares en los campos de refugiados en Líbano como vía para ayudar a las comunidades palestinas a mejorar su autogobierno, construir la paz y mejorar su bienestar. En algunos casos, los campos son enclaves virtualmente cerrados en las periferias de las ciudades, la marginación económica, política y social de sus residentes por parte de la sociedad libanesa hace que sea más complicado para los refugiados escapar de un ciclo de pobreza multi-generacional.


Hamzeh Khader, de 43 años, otro miembro del comité popular del campo de refugiados de Nahr el Bared camp, asegura que nunca recibió capacitación para hacer su trabajo, y que los talleres de Naciones Unidas le han ayudado a estar más preparado y motivado para llevar a cabo su tareas y representar los intereses de los palestinos de forma más efectiva.


“El entrenamiento me impulsó a volver a la universidad después de 23 años. La formación recibida en un día de taller es equivalente a todo un curso ofrecido por los profesores en las universidades”, afirma Hamzeh.


Por su parte, Abu Salim, el director del campo de Nahr el Bared, que también participó en los talleres, dijo que traspasará el entrenamiento que ha recibido a sus compañeros políticos.


Para Farida, que ha trabajado en microcréditos y relaciones públicas, que forma parte del principal partido político del campo y que representa a las comunidades palestinas fuera del campo, los talleroes le ayudaron a establecer relaciones profesionales y personales valiosas entre los comités populares.


“La capacitación no solo ha beneficiado mi carrera profesional, también mi vida persona. He aprendido a contar hasta cien antes de reaccionar o tomar una decisión importante, una nueva actitud que me ha ayudado a mejorar mi relación con los demás”.


Los talleres son liderados por la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) como parte de programa conjunto Prevención de conflictos y consolidación de la paz en el Líbano, del F-ODM, en el que también participan el PNUD, UNICEF, UNESCO, OIT y UNFPA.


Haga click aquí para leer sobre el trabajo que está haciendo el F-ODM en Líbano.

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