Miel de abejas

 

La Chiquita y la Fundación para el Desarrollo de Alternativas Comunitarias de Conservación del Trópico

 

Las flores silvestres del bosque nativo donde habitan las nacionalidades indígenas Awá y Eperaara, en la provincia de Esmeraldas, son la fuente del néctar para la abeja melipona, especie que protegen 160 familias afroecuatorianas e indígenas que han rescatado su valor biológico, cultural, económico y medicinal, protegiéndola de su exterminio debido a la tala de los bosques.

 

Las familias utilizan un sistema de recolección artesanal y ancestral que logra una producción de 30 litros de miel al mes. En esta actividad se destaca la participación mayoritaria de mujeres y la comercialización asociativa.

 

“Se ha empoderado a las familias en lo económico, pues esta actividad es como tener una alcancía. El momento que la familia necesita para comprar útiles escolares o medicinas simplemente cosecha. La venta está asegurada porque desde nuestros ancestros se ha consumido la miel. Tenemos mucho éxito y lo fundamental es mantener el bosque, de donde se alimentan las abejas”, asegura Fernando Arroyo, uno de los encargados de proteger las abejas.

 

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