Levantado nuevas comunidades en las ruinas de lugares ancestrales

 

Por Olfa Tantawi

Corren tiempos difíciles para Om Ahmed y otros vecinos de Manshiet Dashur, una pequeña localidad rural a los pies de dos de los monumentos históricos más antiguos y mejor conservados de Egipto, las pirámides Roja y Bent.

El cambio climático ha afectado negativamente la calidad de las tierras en esta comunidad predominantemente agrícola, y un aumento de la población trajo aparejado más pobreza y desempleo, mientras que la agitación política en Egipto ha diezmado el turismo.

Pero Om Ahmed, una mujer enérgica en la treintena y madre de cinco hijos, está aprendiendo a ganarse la vida gracias a un tesoro local: las populares hojas de palma que florecen tan bien en esta zona de Egipto y que, una vez sumergidas en agua, pueden transformarse en accesorios de moda y alfombras.

Junto a otras quince mujeres, Om participó recientemente en un taller de artesanía impulsado por un programa conjunto del Fondo para el Logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (F-ODM) para desarrollar el turismo y mejorar los ingresos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes.

"Una vez que dominas las técnicas, las mujeres de Dahshur podremos enseñárselo a nuestras hijas, a nuestras amistades y familiares. Todas somos madres y esposas, y estas actividades son ideales porque podemos hacerlas desde casa", asegura Om, que cuenta con el apoyo de su marido, un minero retirado tras detectarse altos niveles de residuos en sus pulmones.

El programa del F-ODM busca proteger las pirámides de Dashhur a la vez que impulsa el desarrollo sostenible a través del turismo, y está centrado en mejorar la vida y las condiciones de trabajo de la población local a través de industrias creativas que empleen especialmente a mujeres y jóvenes, así como el desarrollo de microempresas.

Asimismo, el programa conjunto se propone empoderar a los residentes de la zona para manejar la herencia cultural de Dahshur a través de la preservación del lago y los monumentos y el desarrollo de actividades comunitarias de conservación.

Protección de la herencia cultural

Cuando estalló la revolución egipcia en enero de 2011, ladrones invadieron la zona de monumentos para robar antigüedades de gran valor.

“Nos enfrentamos a los ladrones y después, con el apoyo de la Unesco, organizamos una marcha y una limpieza para que la gente tome conciencia y sepan que estos monumentos son nuestro orgullo, nuestra herencia del pasado y un buen ejemplo de lo que representa nuestro futuro”, asegura Ashraf Mansy, el presidente de la ONG local Dahshur Forum.

“Tenemos nuestros propios planes y sueños y actuamos como una comunidad”, cuenta, por su parte, Marwa Shahin, una joven en la veintena que forma parte de la ONG, a través de la cual gente de diferentes localidades tienen oportunidad de conocerse y ahora “entienden mejor” el significado de unir esfuerzos y trabajar juntos.

Diferentes organizaciones no gubernamentales han empezado a florecer con la idea de desarrollar proyectos turísticos y otros emprendimientos culturales, mientras que el Ministerio de Turismo ha comprometido 50 millones de libras egipcias para desarrollar infraestructuras en la zona, incluidas carreteras.

Gracias al programa conjunto hasta la fecha dos centenares de vecinos han recibido cursos de capacitación para impulsar industrias creativas, otras trescientas personas se han formado en técnicas empresariales y programas de microcréditos han hecho préstamos a otras 157 personas, un tercio de ellas mujeres.

Om Ahmed, como muchos vecinos de Dahshurians, se muestran optimistas sobre esta nueva cultura empresarial en la comunidad y los esfuerzos que se están hacienda para que la gente entienda el enorme potencial que tiene la zona como centro turístico y cultural.

“Un día, gente de todas partes de mundo verán artesanías etiquetadas con la frase “Made in Dahshur”. Incluso llegaremos a competir con China”, añade la mujer sonriente.

Reducir la pobreza

El programa conjunto “Movilización del Sitio de Patrimonio Mundial de Dahshur para la Cultura y el Desarrollo Comunitario” fue lanzado por el F-ODM en 2009 con una partida presupuestaria de 3 millones de dólares , en el que colaboran el Gobierno egipcio y cinco agencias del sistema de Naciones Unidas. (OMT, PNUD, OIT, Unesco y UNIDO).

El programa reúne por primera vez a socios locales e internacionales del sector del turismo y la cultura para trabajar junto con líderes comunitarios en iniciativas para reducir la pobreza en Dahshur, una región donde viven 40.000 personas declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Forma parte del trabajo que está haciendo el F-ODM para apoyar a los gobiernos a alcanzar las Metas del Milenio del reducción del hambre y la pobreza, y para garantizar que las poblaciones más vulnerables y marginadas del planeta tienen igualdad de oportunidades para el desarrollo.

 

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