Por una cultura de paz y respeto en Chiapas

 

“Si queremos cambiar el mundo, hay que empezar por nosotros mismos, siendo mejores en lo que hacemos”. Con estas palabras Jorge Trujillo, un policía de Chiapas (México), nos muestra su entusiasmo y compromiso por ser un buen agente y servir a su comunidad.

A sus 26 años, Jorge está motivado por trabajar a favor de su municipio en Ocosingo, que en lengua náhuatl significa “Lugar del señor negro”, que cuenta con mayoría de habitantes indígenas que sufrieron desplazamientos internos ocasionados desde 1994 tras el movimiento Zapatista.

“Lo más difícil es comprender que aunque tengas toda la disposición de querer ayudar a la población, hay situaciones que no están en tus manos", reconoce Jorge al hablar de algunos de los grandes retos que ha tenido que enfrentar por su oficio de policía.

Jorge es uno de los participantes de los cursos de capacitación para agentes de policía que está impartiendo el Programa Conjunto “Por una Cultura de Paz”, del Fondo para el Logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (F-ODM).

Nuestro agente tiene presente que hacerse respetar como policía es uno de sus mayores retos. “Para que las personas cambien su opinión de nosotros, debemos hacer bien nuestro trabajo, aprender a tratar a la población porque es con ella con la que tenemos siempre contacto”, dice.

Disciplina y vocación de servicio

Antes de formar parte del cuerpo de la policía fue militar, de donde adquirió la disciplina y la vocación de trabajar en beneficio de su población. “Por eso estoy aquí, me gusta servir y colaborar para la ciudadanía”, asegura.

Trujillo sabe que su trabajo conlleva grandes riesgos pero cree que merece la pena. “Aunque te quites el uniforme soy policía, hasta cuando juego fútbol porque ya me conocen. Si un policía detiene a alguien que luego sale libre, me encuentran y luego se quieren desquitar”.

“Pero muchos no comprenden que solo hago mi trabajo, y entonces trato de explicarles que si ellos no cometen ningún delito no hay motivos para detenerlo”, comenta este policía, cuya dedicación al trabajo y su carácter amigable le ha permitió ganarse un lugar en la corporación.

Desde su experiencia Jorge resalta que ha sido muy importante para él poder participar en los cursos de capacitación a policías que impartió la UNODC ya que de una forma u otra les ayudan a sensibilizar el trato que dan a la población.

Los cursos le han hecho entender la situación por la que atraviesa su comunidad. “Aprendí a comprender mejor las consecuencias del desplazamiento en una zona donde se presenta con mucha frecuencia, y que debemos ser los primeros en atenderlos de la manera adecuada”.

Aprender a valorarnos

También le sorprendió el dinamismo de las capacitaciones. “Me encontré con algo diferente: tú me enseñas pero yo también te enseño, tú aprendes de mí pero yo aprendo muchas cosas de ti. Eso ha sido lo mejor, aprender a valorarnos. Es bonito que te escuchen y te tomen en cuenta.”

En los cursos Jorge también asegura haber comprendido la importancia de la igualdad de género y destaca que tener una visión distinta de las mujeres le ha ayudado a valorar el trabajo de sus compañeras.

También resalta que su carácter ha mejorado después de poner en práctica algunas técnicas que aprendió en las capacitaciones. “El diálogo y la comunicación son importantes; si yo estoy bien conmigo estaré bien en mi trabajo".

Para Jorge Trujillo es de suma importancia que los servidores públicos formen parte del Programa Conjunto de Naciones Unidas por una Cultura de Paz y se sensibilicen a través de la capacitación que imparte la UNODC para atender a la población con dignidad y respeto.

“Por una cultura en paz”

El programa ha permitido ya impartir cuatro talleres desde que comenzó el año en los que se ofrecen capacitaciones a policías municipales de los municipios de Ocosingo, Tila, Salto de Agua y Tumbalá, en el estado mexicano de Chiapas.

En los talleres, que han recibido 12 mujeres y 27 hombres, se abordan temas tan diversos como la interculturalidad y cosmovisión, la identidad e imagen de policías en Chiapas, el desplazamiento interno, ciudadanía e inclusión social, y el reto de ser policía.

El programa “Por una Cultura en Paz”, implementado por el PNUD, la UNESCO, UNICEF y UNODC con la participación de las autoridades estatales y locales y los grupos de la sociedad civil, trabaja con 24 comunidades de desplazados, las grandes víctimas olvidadas del conflicto entre el zapatismo y el Estado Mexicano.

Su principal objetivo es reducir los conflictos y tensiones en Chiapas, promoviendo soluciones duraderas y focalizadas principalmente en reducir la pobreza y promover los derechos de los grupos vulnerables, sobre todo entre las mujeres y los jóvenes.

Aprendí que somos parte de una ensalada. Todo conformamos una sociedad aún con nuestras diferencias”, concluye Jorge.

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