El Salvador: Reducción de la violencia y construcción de capital social: Una nueva transición en El Salvador

El Salvador tiene los índices de violencia más altos de toda Latinoámérica, con una tasa de homicidios de más de 68.7 por cada 100.000 habitantes y tasas alarmantes de otras formas de expresión de la violencia que están dificultando la consolidación de un gobierno democrático y el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

La violencia ha impactado de forma negativa en la calidad de vida de la población, deteriorando la estructura social e incurriendo en altos costos humanos y económicos.

Este programa conjunto trabajó para construir el consenso y fortalecer las capacidades del Estado para la prevención y reducción de la violencia armada, beneficiando a las instituciones a nivel nacional y localmente en el Área Metropolitana del Salvador.

El programa conjunto pretendió contribuir a la reducción de los índices de violencia en San Salvador, y específicamente se centró en algunas de las zonas más peligrosas de la ciudad, específicamente en 16 comunidades del distrito V y VI del municipio de San Salvador.

En estos lugares, catalogados como zonas rojas, se apostó por una alternativa al control más duro y tradicional de la violencia, y por una visión que se apoya en la estructura comunitaria y las relaciones humanas como elemento preventivo.

Se apoyaron diferentes iniciativas para fortalecer a las instancias municipales responsables de la seguridad ciudadana, principalmente a la policía, mejorando su capacidad para identificar focos de violencia y controlarlos, y mejorando sus relaciones y e interacción con las comunidades.

También se apoyaron numerosas actividades comunales, organizadas por los vecinos y asociaciones de jóvenes locales para contribuir a generar una cultura ciudadana de respeto a las normas y el uso de la mediación como solución alternativa a los conflictos.

Los centros de estudio fueron también ejes centrales de trabajo como plataformas de articulación de iniciativas para prevención de violencia. Se apoyaron oportunidades educativas, laborales, y de desarrollo para los jóvenes. Así como se han integrado a los jóvenes y sus familias en estructuras escolares que participan en la tarea de asegurar una convivencia pacífica en los centros escolares.

Algunos de los resultados de este programa conjunto fueron:

• Asistencia técnica y apoyo para la publicación y socialización de Política Nacional de Justicia y Seguridad Publica; promoviendo el enfoque de derechos humanos y seguridad ciudadana para prevenir la violencia y construcción de paz social.
• Creación del Sistema Nacional de Información y el subsistema de violencia contra las mujeres, así como acuerdos municipales para la institucionalización de las acciones del plan Municipal de Convivencia, Mediación y Seguridad, lo que contribuyó al establecimiento de sistemas de información nacional y mecanismos municipales para identificar, detectar, prevenir la violencia ciudadana y en especial de violencia contra las mujeres en el marco de construcción de paz social. 
• Oportunidades de desarrollo para los jóvenes en riesgo, como la entrega de capital semilla a 35 grupos de emprendedores o la implementación del programa de inserción de jóvenes en riesgo incorporando las necesidades específicas de mujeres, a través de becas y acciones de intermediación laboral.

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